Dos municipios guipuzcoanos duplican sus tasas de reciclaje en tres semanas gracias al 'Puerta a Puerta'

Postes para la recogida "puerta a puerta". Imagen: atezate en Flickr (cc)

Este sistema de recogida asigna a cada día de la semana una fracción de los diferentes tipos de residuos que se generan en los hogares. Sus impulsores ensalzan los altos índices de recuperación conseguidos con este procedimiento, aunque también han surgido numerosas plataformas ciudadanas contrarias a su implantación.

La Mancomunidad de Sasieta (Gipuzkoa) informó recientemente de que las localidades de Legorreta y Zaldibia han duplicado la cantidad de residuos recogidos de manera selectiva, desde que el pasado 21 de marzo se implantara el sistema “Puerta a Puerta” (PaP). Concretamente, Legorreta ha pasado de un 33% a un 72% de residuos recogidos de forma separada, mientras que Zaldibia ha alcanzado el 78%, frente al 34% anterior a la puesta en marcha del PaP.

Por otro lado, el municipio de Itsasondo ha alcanzado una tasa de recogida selectiva del 83% con el PaP, ligeramente por debajo del 88% conseguido con el sistema anterior, que incluía el 5º contenedor para los residuos orgánicos. No obstante, lo que sí ha aumentado es el número de familias participantes, por lo que los responsables de Sasieta son optimistas y esperan que estas tasas de reciclaje se incrementen a medida que el nuevo sistema vaya asentándose.

Cómo funciona el PaP

¿Pero en qué consiste exactamente el sistema “Puerta a Puerta”? Básicamente en asignar a cada día de la semana una fracción –envases, papel y cartón, orgánica y resto– que se puede depositar en la calle, a ciertas horas, para su recogida por los operarios del servicio de recolección de residuos. Lógicamente, a aquellas fracciones que se generan en mayor cantidad se les asignan más días de recogida. En el caso concreto de la Mancomunidad de Sasieta, se dedican tres días a la basura orgánica (básicamente restos de cocina), dos a los envases, uno para papel y cartón y uno para la denominada fracción resto (aquella que hoy en día no se puede reciclar). El PaP sustituye así al sistema clásico de contenedores urbanos para las distintas fracciones.

Cada fracción se deposita en la calle el día indicado. Imagen: atezate en Flickr (cc)

La gran eclosión del sistema “Puerta a Puerta” en Gipuzkoa llegó con el acceso de Bildu a la presidencia de la Diputación en 2011, así como a la alcaldía de numerosos municipios. De hecho, el nuevo Gobierno Foral revolucionó todo el plan de gestión de residuos en esa provincia, llegando incluso a paralizar las obras de la incineradora de Zubieta, a la que se oponía frontalmente.

En cuanto a la recogida de residuos domiciliarios, el sistema que estaba implantándose entonces en el territorio era el del 5º contenedor para la basura orgánica, que posteriormente era destinada a compostaje, junto con los ya clásicos de papel-cartón, envases ligeros, vidrio y resto. Sin embargo, dicho sistema siempre ha sido considerado como insuficiente por los defensores del PaP, entre ellos Bildu. Así, el nuevo mapa político en la provincia trajo consigo un crecimiento paulatino del “Puerta a Puerta”, del que sus impulsores elogian su alta eficiencia y su capacidad para generar nuevos puestos de trabajo.

Ni incineradora ni vertido

El reto que tienen ahora por delante los responsables de la gestión de residuos urbanos en Gipuzkoa no es sencillo. Recordemos que tanto la Directiva Marco de Residuos como la Ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados sitúan la valorización energética –como es el caso de la incineración con recuperación de energía– por encima del vertido en la denominada jerarquía de residuos. La paralización de la incineradora de Zubieta, por tanto, otorga todo el protagonismo en la gestión de residuos al reciclaje. Sin duda, la optimización del sistema elegido –en este caso el PaP– y una importante labor de concienciación ciudadana serán esenciales para alcanzar unos objetivos mínimamente ambiciosos y que además justifiquen las decisiones tomadas en materia de gestión de residuos.

Como cabía esperar, la implantación del “puerta a Puerta” ha generado también numerosas quejas entre los ciudadanos de los municipios que han optado por este sistema. Son ya 17 las plataformas vecinales contrarias al PaP las que han surgido en el territorio guipuzkoano. Alegan motivos de salubridad y estéticos, y han celebrado numerosos actos de protesta reclamando la vuelta al sistema del 5º contenedor.

Bolsas colgadas en balcones como protesta. Foto: El Correo

Pero en Euskadi siempre ha habido tendencia a politizar hasta los asuntos más nimios, por lo que cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿existe cierto nivel de politización en estas adhesiones ciudadanas a uno u otro sistema? Bajo mi punto de vista la respuesta es clara: sí existe, y además en ambos sentidos. El hecho de que se haya generado tanto ruido alrededor de una cuestión como es la gestión de residuos, que uno, en principio, no contaría entre las principales preocupaciones de la ciudadanía –y menos en los tiempos que corren– , da buena muestra de ello.

Por desgracia, y a aun riesgo de resultar pesimista, creo que esta situación no está animando el debate en torno a la gestión de los residuos –lo que sería muy positivo– , sino que lo está enconando, con dos posturas encontradas y al parecer inamovibles. Efectivamente, las afinidades políticas no deberían ocupar el lugar que corresponde a cuestiones técnicas y de educación de la ciudadanía.

Por otro lado, no puedo evitar el hecho de albergar cierta curiosidad –un tanto morbosa, lo admito– por saber si un asunto tan poco mediático como es la gestión de los residuos puede llegar a tener tanto peso como para ser decisivo en un posible cambio de signo político de una alcaldía o incluso una diputación. Pero para eso habrá que esperar a las próximas elecciones municipales y forales.

Otro día hablaremos del “Pago por Generación”, que parece llamado a ser la evolución natural del PaP y del que ya se han desarrollado algunas experiencias en nuestro país, como es el caso de Argentona (Barcelona), con interesantes resultados, sobre todo en lo que respecta a la reducción de los residuos generados.

En cualquier caso, ¿qué sistema os parece más adecuado? ¿Sois partidarios del 5º contenedor o del “Puerta a Puerta”? ¿Sería lo ideal una combinación de ambos sistemas que tenga en cuenta las características de cada municipio?