Imagen: xornalcerto en Flickr (cc) |
Investigadores madrileños demuestran la viabilidad técnica y económica del uso de restos procedentes de plantas como material de refuerzo alternativo y medioambientalmente sostenible.
En diciembre de 2002 entró en vigor en nuestro país la prohibición de producir, comercializar e instalar amianto y productos que lo contengan, debido a los problemas que esta sustancia genera en la salud humana. Esta situación hizo necesario buscar materiales alternativos que pudieran utilizarse como fibra de refuerzo en la industria del fibrocemento.
En este sentido, en los últimos años se han desarrollado nuevas tecnologías que permiten el uso de otras materias como la fibra de acero, la fibra de vidrio, fibras sintéticas y fibras naturales.
Concretamente, el Grupo de Investigación de Celulosa y Papel del Departamento de Ingeniería Química de la UCM ha realizado diversos estudios relacionados con la
viabilidad técnica y económica de utilizar fibras de celulosa
procedente de distintas fuentes: fibra virgen, procedente de madera
de pino y de eucalipto; fibra reciclada, procedente de pasta
destintada; y, más recientemente, fibras de residuos agrícolas,
procedentes de tallo de maíz y de cañamiza (un desperdicio del
cáñamo y el lino).
Fibras de maíz con diferentes grados de refino. Foto: madri+d |
En este último caso, se han estudiado
diferentes pastas preparadas a partir de la cocción de los dos tipos
de residuos agrícolas utilizando distintos disolventes, etanol y
etanolamina, a diferentes tiempos y temperaturas.
Las pastas obtenidas han sido caracterizadas morfológicamente utilizando diferentes técnicas, para determinar el efecto de las condiciones de cocción de las pastas sobre las principales características de las fibras: longitud y anchura, porcentaje de microfibrillas y número de partículas finas, parámetros todos ellos relacionados con su aplicación como fibra de refuerzo en el fibrocemento.
Las pastas obtenidas han sido caracterizadas morfológicamente utilizando diferentes técnicas, para determinar el efecto de las condiciones de cocción de las pastas sobre las principales características de las fibras: longitud y anchura, porcentaje de microfibrillas y número de partículas finas, parámetros todos ellos relacionados con su aplicación como fibra de refuerzo en el fibrocemento.
Además, los investigadores han
estudiado la interacción de estas fibras con distintos floculantes,
aditivos químicos que se añaden al fibrocemento para favorecer la
agregación de las partículas (fibras, cemento, finos), y cuya dosis
es necesario optimizar para obtener un producto final con las
características apropiadas.
Por otra parte, las fibras de ambas materias primas han sido refinadas en distintas condiciones, con el fin de mejorar sus propiedades morfológicas y favorecer la formación de agregados más estables en la suspensión de fibrocemento.
Por otra parte, las fibras de ambas materias primas han sido refinadas en distintas condiciones, con el fin de mejorar sus propiedades morfológicas y favorecer la formación de agregados más estables en la suspensión de fibrocemento.
Resultados de la investigación
Los resultados de este estudio se han
comparado con los obtenidos utilizando fibra de pino, que es la más
utilizada en la actualidad para la producción de fibrocemento.
Los estudios realizados hasta el momento por el grupo de Investigación han demostrado que las fibras de cañamiza son más cortas y más estrechas que las de pino, presentando en determinadas condiciones de cocción semejante contenido de microfibrillas, lo que favorece la interacción entre los distintos componentes del fibrocemento.
Por otro lado, las fibras de maíz
(aunque son también más cortas que las de pino) presentan valores
de anchura de fibra y contenidos de finos similares a las pastas de
fibras de pino.
Así, los investigadores han llegado a
la conclusión de que optimizando las condiciones de cocción de las
pastas procedentes de ambos residuos agrícolas, y mejorando sus
propiedades morfológicas mediante el refino, se pueden obtener
fibras de maíz y de cañamiza que pueden utilizarse como fibras de
refuerzo en la industria del fibrocemento.
Fuentes:
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