Más que Residuos

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martes, 11 de junio de 2013

Reciclaje de vidrio: un gesto simple, un efecto infinito

botellas de vidrio

Martín Torre / David Vidorreta

¿Te consideras una persona concienciada con el cuidado del medio ambiente? Si la respuesta es afirmativa, seguramente te encontrarás entre los que cerramos el grifo cuando nos lavamos los dientes, usamos bombillas de bajo consumo, conducimos de la forma más eficiente posible, usamos transporte público en los desplazamientos diarios o reciclamos nuestros envases, botellas, periódicos, etc.


Si este es tu caso, enhorabuena; con tu actitud estás contribuyendo a reducir el consumo de energía, la emisión de gases de efecto invernadero, la tala indiscriminada, el derroche de recursos naturales, la extracción de materias primas y la degradación de la naturaleza. Igualmente, estás ayudando a mantener la biodiversidad y los espacios naturales y a disminuir el uso de vertederos.

En definitiva, estás reduciendo tu huella ecológica, un término del que seguro que has oído hablar, y que se utiliza como indicador del impacto sobre el medio ambiente que genera la demanda humana de los recursos disponibles en nuestro planeta, que como todos sabemos, no son infinitos.

Gestos tan sencillos y rutinarios como depositar un envase en su contenedor correspondiente, aunque puedan parecer nimios, contribuyen de manera decisiva a reducir tu huella ecológica.

Volviendo a los ejemplos con los que comenzábamos este post, ¿sabías que reciclando una sola botella de vidrio ahorras la energía suficiente como para tener encendida una bombilla de bajo consumo durante 24 horas? ¿o que con el ahorro energético que se consigue reciclando cuatro botellas de vidrio se compensa el funcionamiento de un frigorífico durante un día entero?

En Más que Residuos nos gusta el uso de ejemplos concretos sobre los beneficios medioambientales derivados del reciclaje. Creemos que contribuyen a que el ciudadano se sienta parte del proceso, que no termina al depositar la botella en el contenedor, sino que, muy al contrario, es ahí donde empieza, y a donde volverá tras recorrer todo el circuito que supone el reciclado de vidrio.

El proceso

Una vez depositados los envases de vidrio en el contenedor, estos se recogen de forma selectiva –separados del resto de residuos– para llevarlos a las plantas de tratamiento, donde el material será recuperado al 100% y sin perder ninguna de sus cualidades. Esta es una de las grandes ventajas del vidrio, que se puede aprovechar para hacer el mismo producto que era antes de convertirse en un residuo, y con la misma calidad.

planta de tratamiento de vidrio
En la planta el vidrio se separa de otros materiales. Foto: Martín Torre

Para ello, cuando los residuos de envases de vidrio llegan a la planta de tratamiento, se limpian y separan de todos aquellos materiales diferentes al vidrio que, normalmente por error, se hayan podido depositar en el mismo contenedor –los denominados impropios–. Posteriormente, el vidrio se tritura hasta convertirlo en calcín, es decir, vidrio seleccionado, limpio y molido. Todo este proceso es mecánico, y en él no intervienen sustancias peligrosas que puedan contaminar el producto resultante.

A continuación, mediante subasta pública, el calcín se vende a las fábricas de envases – se financia así una parte del sistema de recogida selectiva–, donde se somete a un proceso de fusión. Este paso es el de mayor consumo energético de toda la cadena de reciclado, ya que exige altas temperaturas. No obstante, el vidrio reciclado requiere menor temperatura de fusión que las materias primas originales (arena, sosa y caliza), con lo que en el proceso de fabricación de nuevos envases se consume menos energía, al tiempo que se minimiza la extracción de la naturaleza de dichas materias primas.

calcín
El vidrio se tritura hasta convertirlo en calcín. Foto: Martín Torre

Además, otra de las grandes cualidades del vidrio es que admite esta operación tantas veces como sea necesario, lo que significa que se puede reciclar el vidrio de forma indefinida, reduciendo en cada ciclo la extracción y uso de nuevas materias primas.

Una vez fabricados los nuevos envases, su destino serán las plantas de las empresas envasadoras y embotelladoras. Dichas empresas son las que financian la otra parte del sistema mediante el pago de una cantidad por cada envase o botella que ponen en el mercado, y cuyo cumplimiento podemos identificar por un símbolo en la etiqueta que representa dos flechas cruzadas –el mismo que vemos también en los envases de plástico o cartón– y que se denomina punto verde. Este símbolo certifica que el envase de vidrio, si se deposita en el contenedor correspondiente, entrará de nuevo en el circuito de reciclaje.

planta envasadora
Las envasadoras pagan una cantidad por cada envase que ponen en el mercado para sostener el sistema de reciclaje. Foto: Ecovidrio

Finalmente, los envases llegan al punto de venta, y de ahí a nuestra casa. Así, una vez consumido el producto que contenían –y si no vamos a reutilizar la botella o frasco, por ejemplo, para guardar agua del grifo en la nevera–, volveremos a depositar el envase en el iglú, haciendo que todo el circuito de reciclado comience de nuevo.

Ni vasos ni porcelana

Cabe recordar que existen ciertos tipos de materiales que, aunque puedan tener características parecidas a las del vidrio, no deben depositarse en el mismo contenedor. El caso más habitual es el del cristal (vasos, adornos, ventanas, etc.), que por contener óxido de plomo, no puede fundirse en los mismos hornos que el vidrio; o el de la cerámica y la porcelana, que necesitan una mayor temperatura de fusión debido a su diferente composición química, por lo que si llegan al horno vidriero no se fundirán completamente, quedando unas piedras muy pequeñas que provocan la rotura del envase de vidrio, o en caso de que no se rompan, estos serán excesivamente frágiles, por lo que habrá que desecharlos.

Ni que decir tiene que otros materiales presentes en los envases como el corcho, plástico o metal también deben separarse del vidrio y destinarse a su contenedor correspondiente (orgánica y envases ligeros). Por tanto, tan importante como reciclar es hacerlo bien, pues la eficacia del sistema depende en gran medida del grado de pureza con que el material llega a las plantas.

228 millones de envases

Según Ecovidrio, entidad que gestiona el reciclado de los envases de vidrio depositados en los iglús, el año pasado se recuperaron en España 683.255 toneladas de vidrio (unos 14,5 kg/hab.), lo que equivaldría a alrededor de 228 millones de envases de este material.

Gracias a la recuperación de envases de vidrio, se evitó la emisión a la atmósfera de 275.352 toneladas de CO2 y la extracción de 819.906 toneladas de materias primas. El ahorro energético asociado al reciclaje de vidrio se calcula en 1.031.715 Mwh.

Actualmente existen en nuestro país 182.694 puntos de recogida, lo que supone un índice de un contenedor por cada 259 habitantes, uno de los más altos de Europa.

recogida de vidrio
Existen más de 182.000 puntos de recogida de vidrio en España. Foto: Ecovidrio

Los datos son muy buenos, pero mejorables, razón por la que Ecovidrio está trazando sus planes de futuro para incrementar las tasas de reciclaje. Entre las acciones a desarrollar están aumentar el número de puntos de recogida, para que ni un solo pueblo de España carezca de contenedor; una importante inversión en concienciación y sensibilización medioambiental, con especial incidencia en las escuelas y colegios; la implantación de sistemas de recuperación complementaria en plantas de gestión de residuos sólidos urbanos a las que haya llegado el vidrio mezclado con otros residuos, o la puesta en marcha de nuevos sistemas de recogida Puerta a Puerta para la hostelería y domicilios situados en zonas urbanas donde la recogida mediante el sistema tradicional resulta más complicada, como los cascos antiguos de las ciudades y otras áreas de difícil acceso.

Y para aquellos que quieran profundizar un poco más en esto del reciclaje de vidrio, os dejamos un vídeo elaborado por reciclavidrio en el que se ofrecen todas las claves sobre la recuperación de este material en España.

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