El material recuperado en los procesos de reciclaje de envases tiene numerosas aplicaciones, como la fabricación de nuevos envases, mobiliario urbano, piezas para automóviles, bolígrafos o prendas de vestir. En este último campo tendrían cabida también las equipaciones que numerosos clubes y selecciones de diversas disciplinas deportivas vienen luciendo en los últimos años.
A finales del pasado mes de abril, la Federación Española de Baloncesto y la firma Nike presentaron por todo lo alto la nueva indumentaria de la selección para sus próximas competiciones. Dejando aparte temas de diseño, eslóganes, etc., llama la atención el hecho de que cada equipación está confeccionada con el material de 22 botellas de plástico recicladas.
La mencionada firma deportiva lleva ya
algunos años utilizando plástico reciclado para vestir a los clubes y selecciones que patrocina. Es probable que en este caso las
cuestiones de imagen hayan tenido más peso que las de sensibilidad
medioambiental de los directivos de la marca, pues aunque su
reputación en el ámbito estrictamente deportivo es indudable, es
bien sabido que no pasa por ser muy popular en lo tocante a temas de
responsabilidad social corporativa.
La nueva equipación de la selección está realizada con botellas de plástico recicladas. Fotos: Javi López/FEB |
No obstante, existen muchas firmas que ya realizan prendas y complementos de todo tipo realizados a partir de materiales reciclados, aunque no visten a selecciones de fútbol ni cuentan con el poderío en cuestiones de marketing que tiene Nike, por lo que obviamente no tienen la misma repercusión mediática.
En cualquier caso, son bienvenidas
todas las iniciativas de este tipo, ya que a los beneficios
medioambientales directos asociados a esta actividad –recuperación
de residuos y ahorro de energía y de materias primas–, se les suma
una aspecto muy importante para mejorar la gestión de los residuos,
como es la concienciación, sobre todo entre los más jóvenes. En
ocasiones, mostrar los resultados concretos –en este caso una
camiseta– derivados de una acción tan sencilla como reciclar una
botella de plástico, puede tener más efecto en este sentido que 100
discursos sobre el medio ambiente.
De hecho, en mi opinión, las administraciones responsables de la gestión de residuos deberían incidir más en esta estrategia a la hora de planificar sus campañas de información y sensibilización sobre reciclaje. Pero esa ya es otra historia...
De hecho, en mi opinión, las administraciones responsables de la gestión de residuos deberían incidir más en esta estrategia a la hora de planificar sus campañas de información y sensibilización sobre reciclaje. Pero esa ya es otra historia...
De botella a camiseta
El proceso para convertir unas cuantas
botellas de bebidas (normalmente de PET) en una camiseta –u otra
prenda– empieza en el momento en que las echamos al contenedor
amarillo destinado a envases. Posteriormente se trasladan a una
planta de selección donde los distintos envases son separados en
función de los materiales de que están hechos –recordemos que en
el contenedor amarillo, además de envases de plástico también se
echan los de metal (latas) y tetra-brik–. Una vez clasificadas, las
botellas se trituran y lavan para eliminar las impurezas, quedando
como resultado unas finas escamas que se someterán a un proceso de
granulación. Se obtiene así un producto homogéneo del que se
sacará el hilo con el que fabricar las prendas.
PET triturado y lavado |
Buscando un poco en Internet he
encontrado un vídeo –precisamente de Nike– sobre la fabricación
de prendas deportivas a partir de botellas de plástico recuperadas. Sin embargo me
ha parecido más promocional que instructivo, por lo que finalmente
me he decantado por otro, en el que desde una empresa colombiana nos
muestran de forma breve y concisa todo el proceso de reciclado. Como podéis ver,
con cuatro botellas de dos litros hacen una camiseta.
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